Ciénaga es la segunda ciudad del departamento del Magdalena y está localizada a orillas del Mar Caribe, junto a la Sierra Nevada, cerca de la Ciénaga de Santa Marta. Su primera localización coincide con la del actual Pueblo Viejo y con una antigua aldea aborigen donde Fray Luis de Zapata estableció una parroquia en el año de 1585. Ciénaga sigue ocupando hoy el mismo lugar desde épocas remotas cuando Fernando de Mier y Guerra la fundaran por segunda vez, un año después de haberse producido el incendio que arrasó con el primer asentamiento. No obstante, esa permanencia geográfica contrasta con los cambios de nombre que ha tenido la población a lo largo de los años, tales como Pongueyca, Aldea Grande, Córdoba, Pueblo de la Ciénaga, Villa de San Juan Bautista de la Ciénaga, hasta llegar al único que hoy se le conoce.
De ancestrales tradiciones recursos_user/documentos/migracion/musicales, Ciénaga es recordada por la celebración del Corpus Christi y de los Carnavales, además de otras fiestas locales en las que los músicos se reunían en el Puerto de las Mercedes, situado en la vía a Pueblo Viejo, para animar las noches de parranda de los visitantes a ritmo de “paseo” interpretado con guitarras. Fue el compositor cienaguero Clemente Escalona, padre de Rafael Escalona, quien llevara este ritmo a Valledupar, donde sería mundialmente conocido como Vallenato y donde adoptaría el acordeón como primer instrumento. Otro cienaguero, el maestro Andrés Paz Barros, daría vida a la famosa Cumbia Cienaguera una de las composiciones más representativas del género a nivel mundial. Actualmente, Ciénaga celebra dos importantes eventos folclóricos: una es la Fiesta del Caimán, que tiene lugar cada 20 de enero. En ella, diferentes grupos recursos_user/documentos/migracion/musicales con instrumentos y trajes típicos bailan una danza cargando un caimán artesanalmente construido en caña y forrado en tela o papel, que lleva una muñeca de trapo en las fauces, rememorando la leyenda de Tomadita. La otra festividad, es el Festival de Guitarras Guillermo de Jesús Buitrago, donde se reúnen compositores y guitarristas de la región caribe y de Colombia entera.
Ciénaga también ha sido escenario de importantes hechos en la historia del país como el enfrentamiento entre patriotas y realistas en la batalla de Ciénaga el 10 de noviembre de 1820 y la “Masacre de las Bananeras”, el 6 de diciembre de 1928. En lo que respecta a su arquitectura, la ciudad, cuyo centro histórico fue declarado Monumento Nacional en 1996, cuenta con edificaciones destacadas como el Palacio Municipal, de época republicana, el Templete diseñado por Eduardo Carpentier hijo del escritor Alejo Carpentier, una obra inspirada en los templos romanos, y la Iglesia de San Juan Bautista, construcción española de 3 naves con columnas y arcos romanos. Se encuentran también las estaciones del Ferrocarril Neerlandia, Ciénaga y Papares, pertenecientes al Conjunto Patrimonial de Orden Nacional de las Estaciones de Pasajeros del Ferrocarril en Colombia, declaradas Monumento Nacional en 1996.
HISTORIA DEL CAIMÁN CIENAGUERO
Las leyendas siempre han formado parte de la vida de los pueblos. En el Caribe esta situación se da en grado superlativo. En ellas, a través de un lenguaje mágico, se expresan con gran espiritualidad e imaginación aspectos importantes de la realidad que nos rodea. Estos relatos de hechos reales, son transformados por la creencia e imaginería popular en fantásticas narraciones de carácter oral.
El 20 de enero, día de San Sebastián, se celebran en las poblaciones de la Ciénaga Grande de Santa Marta las fiestas del caimán cienaguero, muy diferente a la leyenda del hombre caimán de Plato. El caimán cienaguero es un festejo con raíces históricas muy profundas, convertido en objeto de estudio por reconocidos investigadores como: Ismael Correa Diazgranados, Guillermo Henríquez, Clinton Ramírez, Darío Torregrosa Pérez, Luis E. Vidal, Javier Moscarella, Martin Orozco Cantillo, entre otros.
Se hace necesario conocer el contenido de esta leyenda, de gran valor cultural, para así reafirmar nuestra identidad Caribe. Un 20 de enero, día de San Sebastián, reunidos en el municipio de Ciénaga (Magdalena), un grupo de pescadores procedentes de Pueblo Viejo, pintoresca población construida a orillas de la Ciénaga Grande de Santa Marta, se encontraban en una amena parranda en el barrio “Cachimbero”, nombre derivado del olor a tabaco o cachimba propio de los fumadores, a orilla del mar, en casa de Miguel Bojato, quien vivía allí con su mujer Ana Carmela Urieles y sus dos hijas Juanita y la cumplimentada Tomasita. El padre dispuso que las hermanas fueran al mercado a comprar el ron y la comida para continuar el festejo.
En casa de los Bojato todo era alegría, cantaban y bailaban cumbias y puyas, aunque en vista de la tardanza de Juanita y Tomasita un ambiente de preocupación comenzó a apoderarse de los asistentes al jolgorio. De pronto aparece Juanita. Su padre, presuroso, sale al encuentro y con voz entrecortada preguntó: “mijita linda ¿Dónde está tu hermana?”. Juanita lo miró y gritando respondió: “El caimán se la llevó”.
Posteriormente, Juanita cuenta que su hermana Tomasita fue a lavarse los pies en las aguas de un brazo de la ciénaga, se distrajo, resbaló y “un maldito caimán se la comió”.
De inmediato los asistentes a la fiesta, en su gran mayoría miembros de la Familia Bojato y Urieles, se trasladaron al mercado en busca de Tomasita, con resultados infructuosos. Al que encontraron fue al caimán, dándole muerte con palos y arpones. El reptil, montado en una troja construida con unas varas de mangle, fue conducido a casa de los Bojato acompañado de dos filas de danzantes, una de cada lado del caimán.
Ya a esa hora la noticia era conocida en toda Ciénaga, los pobladores se apretujaban en las aceras para ver de cerca al caimán, mientras el padre de Tomasita gritaba:
“Hoy día de San Sebastián
Cumple años Tomasita
Este maldito caimán
Se ha comido a mi hijita”.
“Ay mijita linda
¿Dónde esta tu hermana?”
“El caimán se la llevó
El caimán se la comió”.
Hoy con un vestuario informal, se danza en filas paralelas y un disfraz de caimán balanceándose en el centro. El baile se suspende para que improvisadores populares entonen versos a la vida, la mujer, la región, alternados con el coro: “El caimán se la llevó, el caimán se la comió”.
El 20 de enero, día de San Sebastián, se celebran en las poblaciones de la Ciénaga Grande de Santa Marta las fiestas del caimán cienaguero, muy diferente a la leyenda del hombre caimán de Plato. El caimán cienaguero es un festejo con raíces históricas muy profundas, convertido en objeto de estudio por reconocidos investigadores como: Ismael Correa Diazgranados, Guillermo Henríquez, Clinton Ramírez, Darío Torregrosa Pérez, Luis E. Vidal, Javier Moscarella, Martin Orozco Cantillo, entre otros.
Se hace necesario conocer el contenido de esta leyenda, de gran valor cultural, para así reafirmar nuestra identidad Caribe. Un 20 de enero, día de San Sebastián, reunidos en el municipio de Ciénaga (Magdalena), un grupo de pescadores procedentes de Pueblo Viejo, pintoresca población construida a orillas de la Ciénaga Grande de Santa Marta, se encontraban en una amena parranda en el barrio “Cachimbero”, nombre derivado del olor a tabaco o cachimba propio de los fumadores, a orilla del mar, en casa de Miguel Bojato, quien vivía allí con su mujer Ana Carmela Urieles y sus dos hijas Juanita y la cumplimentada Tomasita. El padre dispuso que las hermanas fueran al mercado a comprar el ron y la comida para continuar el festejo.
En casa de los Bojato todo era alegría, cantaban y bailaban cumbias y puyas, aunque en vista de la tardanza de Juanita y Tomasita un ambiente de preocupación comenzó a apoderarse de los asistentes al jolgorio. De pronto aparece Juanita. Su padre, presuroso, sale al encuentro y con voz entrecortada preguntó: “mijita linda ¿Dónde está tu hermana?”. Juanita lo miró y gritando respondió: “El caimán se la llevó”.
Posteriormente, Juanita cuenta que su hermana Tomasita fue a lavarse los pies en las aguas de un brazo de la ciénaga, se distrajo, resbaló y “un maldito caimán se la comió”.
De inmediato los asistentes a la fiesta, en su gran mayoría miembros de la Familia Bojato y Urieles, se trasladaron al mercado en busca de Tomasita, con resultados infructuosos. Al que encontraron fue al caimán, dándole muerte con palos y arpones. El reptil, montado en una troja construida con unas varas de mangle, fue conducido a casa de los Bojato acompañado de dos filas de danzantes, una de cada lado del caimán.
Ya a esa hora la noticia era conocida en toda Ciénaga, los pobladores se apretujaban en las aceras para ver de cerca al caimán, mientras el padre de Tomasita gritaba:
“Hoy día de San Sebastián
Cumple años Tomasita
Este maldito caimán
Se ha comido a mi hijita”.
“Ay mijita linda
¿Dónde esta tu hermana?”
“El caimán se la llevó
El caimán se la comió”.
Hoy con un vestuario informal, se danza en filas paralelas y un disfraz de caimán balanceándose en el centro. El baile se suspende para que improvisadores populares entonen versos a la vida, la mujer, la región, alternados con el coro: “El caimán se la llevó, el caimán se la comió”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario